viernes, 10 de febrero de 2012

Serpentinata

Crepúsculo de esencias tiernas sin ti, sin tu aroma, presenciando el vapor que emana de árboles sin tronco, flotantes en medio de la nada, envueltos en la bruma de fauces oscuras punteadas con luceros, lejos, muy lejos allá, en aquello que llaman firmamento, nubes negras en un manto oscuro sin tonalidad permanente. Así es tu aliento en mi cauce, apenas siente, respiras presenciando el horror que causará tu partida, irrevocable en medio de los tiempos , obsoletas quedan ahora tus palabras, de nuevo intentas, balbuceas pero nada, tu aliento se impregna con el olor de sauces marchitos, con aullidos de lobos sin guarida, con la desesperanza de un corazón a tu alcance pero resquebrajado, 
siempre juegas con la misma moneda castrada.

"El rapto de la sabina". Giambologna. 1582
"Cuando Rómulo fundó Roma, quería que los pueblos se unieron a su gran ciudad. Para instar a los sabinos, pueblo muy poderoso de la región, a unirse, raptaron a todas sus hijas para que se casaran y se quedaran en Roma. El momento elegido para el grupo escultórico es el rapto de una de las jóvenes, mientras su padre no puede hacer nada y mira horrorizado, tapándose la cara."

 "La sabina, de rostro compungido, intenta liberarse de su captor y horrorizada se escurre entre sus brazos. Como si de una llamada de socorro se tratase, su brazo izquierdo se levanta hacia el cielo, ejerciendo una fuerza centrífuga en la escultura."



Entre rocas chasquean las gotas de la lluvia pasada, a estas alturas ya heladas rompen y moldean suelos kársticos, no dejarán presencia, no es necesario...

rodillas que tiemblan a tu paso, ni siendo columnas mantendrían estabilidad,  en cambio continúas siendo estoico, ecuánime ante la desgracia, precioso.

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