Desearía estar ahora contigo, de cara al sol, recostada en césped virgen, sobre tu pecho sentir tus dedos entrelazados con los míos y tu corazón latir al unisono del canto de un pájaro. Imagino que ondulas mis cabellos con tu mano, mientras, el árbol que siente tu reposo, envidia tu carisma.
Los rayos inciden sobre ti y se embriagan observando lo eterno de este amor.
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